Unos proponen que trabajadores de la salud y las poblaciones de alto riesgo deberían ser inmunizados primero; otros que los países reciban dosis proporcionales a sus poblaciones. Ambas estrategias son defectuosas, según algunos estudios.
Uno de los mayores logros en salud pública será alcanzar una vacuna eficaz contra la covid-19. Sin embargo, se teme por su suministro, previsiblemente escaso. De hecho, las instituciones sanitarias, los líderes mundiales y las empresas farmacéuticas ya se enfrentan al reto de asignarlas de forma adecuada entre los países. Pero, ¿es posible hacer un reparto justo y equitativo en la práctica?
Expertos en salud pública de todo el mundo han propuesto un nuevo plan de tres fases para la distribución de la vacuna, llamado ‘Modelo de Prioridad Justa’, que tiene como objetivo reducir las muertes prematuras y otras consecuencias irreversibles de la enfermedad. Las conclusiones se publican esta semana en Science.
Por el momento no hay un marco de distribución único y global para las dosis, aunque existen dos propuestas principales. Por un lado, que los trabajadores de la salud y las poblaciones de alto riesgo, como los mayores de 65 años, deberían ser inmunizados primero; y por otro, la Organización Mundial de la Salud ( OMS) sugiere que los países reciban dosis proporcionales a sus poblaciones.
Ambas estrategias son gravemente defectuosas, según el estudio liderado por Ezekiel J. Emanuel, vicerrector de Iniciativas Globales y presidente de Ética Médica y Política de Salud de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EE UU).
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“La idea de distribuir las vacunas por población parece ser una estrategia equitativa, pero supone erróneamente que la igualdad requiere tratar de manera idéntica a países situados en diferentes lugares”, explica a Sinc Emanuel. “Este es el primer análisis ético sistemático de cómo distribuir los escasos recursos médicos entre los países. La ética siempre ha sido vista como una parte menor pero cada vez más importante”.
En su nuevo modelo, los autores señalan tres valores fundamentales que deben considerarse al distribuir una vacuna para la covid-19: beneficiar a las personas y limitar los daños, dar prioridad a los desfavorecidos, y procurar la misma preocupación moral a todos los individuos. Se trata de abordar estos valores centrándose en la mitigación de tres tipos de daños causados por el nuevo coronavirus: la muerte y el daño permanente a los órganos, las consecuencias indirectas para la salud –como la tensión y el estrés del sistema sanitario–, así como la crisis económica.PUBLICIDAD
fuentes:univision